Celuleados
El tipo que está sentado al lado mío en el subte abre la tapa de su celular. Pregunta por dónde andan y se asombra de que aún estén por Chascomús. La chica del asiento de enfrente lo ve hablando y se toca el bolsillo. Saca su aparato y comprueba que no vibrando. De todos modos, comienza a presionar las teclas con su dedo gordo y enfoca su mirada en la pequeña pantalla. La mujer que está parada junto a ella recibe un llamado y a habla en voz alta. “Le dije que cerraba temprano porque tenía que ir al médico, que se cague” le dice a alguien que debe estar sujetando otro aparato en algún lugar. El tipo sentado al lado mío continúa hablando. Mi celular no suena todavía. No tendremos mucho para decirnos.
1 Comments:
No es la cantidad de cosas que necesitamos trasmitirnos lo que más me sorprende, sino la urgencia en la que tenemos que hacerlo.
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